P.I.C.AN.T.E

Suelto mis riendas ante vos, levanto mi bandera blanca y me rindo ante la tentación! 
Me tienes cautivada, curiosa, intrigada y con una sensación de valentía que no se me pasa!
Sé que es una pequeñísima gloria esto de querer algo tan diferente al ya bien conocido; sos el opuesto a mis habituales gustos por sabores tímidos y recatados, sobresalís por encima de lo bueno conocido que pierde sazón en el tiempo, no por malo, sino por igual.

Hoy me siento libre de miedos, hoy la luna llena me enloqueció un poco y me di permiso de llevarte a mi boca con el temblor de mis manos, y en un abrir y cerrar de ojos estaba probando el sutil cosquilleo de las papilas gustativas bajo mi lengua. Un halo de vida nueva expedía mi paladar al gustar de un nuevo manjar, un impulso que nació del cambio que estaba anhelando perpetuar.

Hoy probé el picante (literal… no le busquen dobles sentidos a este texto, así ya lo hayan hecho) y fui consciente de cuan apegada he estado al pasado, la tradición y lo normal. Aparentemente para mi no había habido nunca mejor platillo que aquel que había pedido una y otra vez en mi restaurante favorito; ese bocado de confort que me había dado la seguridad de no fallar en la elección de una suculenta Explotion de sabores. 

Creía que mi paladar era digno de combate, un sentido muy desarrollado y todo terreno, pero que en el fondo ha guardado mis mayores temores, pues es curioso como he logrado ampliar mi panorama conocido de creencias gracias al paladar que ha comenzado a experimentar.
 
Dicen que "eres lo que comes", bueno, si pudiera describirme a mi yo de aquí para atrás, con un agudo ojo investigativo y  una cruda observación a mis hábitos alimenticios diría que soy: Curiosa y temerosa a la vez, cómoda y ansiosa, inconsciente e inconstante, poco familiar pero hogareña, más simple que salada y muuuuy empalagosa! Exagerada y colorida, divertida y amistosa, últimamente más sana de lo que solía ser, y desde hoy, picante, Sí…P-I-C-A-N-T-E!

Ese sabor al que le he temido hoy tocó mi paladar con tal sutileza que podría advertir el comienzo de una nueva zona creativa en el lado PICANTE de la fuerza! Sí… le temo al picante, desde niña he tenido la sensación de que esa intensidad que siento en mi boca pronto superará el control de mi sentido del gusto y me hará sufrir… pero hoy, entre el wasabi, el jengibre y la salsa Dragón pude saborear el placer del riesgo (a mi escala) que desde mi perspectiva se compara con el ají más macho que un mexicano "le´ntre".

Hoy cedí las riendas para pedir a la carta del restaurante que frecuento, no solo cedí lo que quiero caprichosamente desde mis hábitos, sino para dejarme sorprender, tras observarla, analizarla, contemplar cuan rica y amplia era, vi que mis elecciones solían dirigirse al universo conocido, a la zona de confort que tanto insisto en expandir cuando abrimos nuestra paradoja de posibilidades. 

Hoy te entregué las riendas de eso que no percibía y justamente no me dejaba fluir. 

Hoy me di permiso de sufrir si era necesario para experimentar la posible sensación de dicha que gozan los amantes al pique… y es que aunque busque una vida más simple, no hay sabor que se compare al nuevo! 

Me sabe a nuevo la vida cuando la degusto sin miedo a sentir, porque el único que toma las decisiones es el que aún cuando no le gusta lo que está saboreando .

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